Mes de Junio

dedicado al Sagrado Corazón de Jesús

Oración preparatoria

Por la Señal de la Santa Cruz…
Dios mío, me postro ante tu soberana presencia; te adoro en unión de tu Santísimo Hijo y deseo unir mi corazón al suyo, para ofrecerte una oración pura y agradable a tus divinos ojos. Virgen Santísima, Ángel de mi guarda y Santos de mi devoción, interceded por mí, a fin de que pueda meditar las excelencias del amor de Cristo. Amén.

Deprecaciones

1. Corazón amorosísimo de Jesús, por tu herida preciosa abierta para dar paso a las llamas de tu inmenso amor, haz que el incendio de la caridad purifique nuestros corazones de la inmundicia del pecado.
Padrenuestro, Avemaria y Gloria.

2.Corazón sacratísimo de Jesús, por tu corona de Espinas que te atormentó con las puntas crueles de nuestros pecados, alcánzanos un santo y sincero arrepentimiento de nuestros pecados.
Padrenuestro, Avemaria y Gloria.

3.Corazón dulcísimo de Jesús, por tu cruz plantada como árbol frondoso alimentado por la sangre divina, signo de tu ardiente deseo de ser crucificado, concédenos una entera resignación a los designios de la Providencia.
Padrenuestro, Avemaria y Gloria.

Acto de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

del Venerable José Torras i Bages, Obispo de Vic (1899-1916)

Soy tuyo, oh buen Jesús, porque eres mi Creador, porque desde toda la eternidad me has llevado en tu Amor e Inteligencia como una criatura es llevada por su madre.

Soy tuyo, porque me has redimido del poder del demonio y me has comprado con el precio de tu Sangre preciosísima. Por tanto, soy tuyo como el hijo es del padre, como el sarmiento es de la vid, como el fruto es del árbol, pues fruto de tu Cruz somos todos los cristianos.

Y, aunque me he rebelado mil veces contra Ti, tu Corazón dulcísimo jamás ha dejado de amarme. Has derramado por mí amargas lágrimas en los días de mi prevaricación, y, movido por tu amantísimo Corazón, no has cesado hasta hacerme recuperar la Gracia. ¡Oh Corazón que tanto me has amado! ¡Oh Corazón, a quien tantas veces he entristecido y llenado de amargura!

A Ti me consagro, y mil veces protesto que, en adelante, no quiero ya darte ningún motivo de aflicción; sino que, al contrario, recordando las ocasiones pasadas en que Te he llenado de amargura, me propongo, en adelante, amarte por los que no Te aman, honrarte por los que Te desprecian, propagar tu gloria, para satisfacer por las amarguras que a tu Corazón causan aquellos, que, estando obligados a propagarla, Te miran con la mayor indiferencia.

Propongo emplear todo mi corazón en amarte y quisiera tener mil corazones para amarte más todavía. Deseo que desde ahora sea mi alma sagrario tuyo, cerrado a toda vana pasión humana, un lugar de reposo para Ti y una viva imagen de tu Corazón. De manera que, dedicándome durante toda mi vida a amarte, mi último pensamiento, en la hora de la muerte, sea un acto de amor a Ti, oh Jesús Dulcísimo, que quieres glorificar mi alma por toda la eternidad. Así sea.

Sagrado Corazón de Jesús,
en Vós confío.
Oh Dulce Corazón de María,
sed mi salvación.
Ave María Purísima,
sin pecado concebida.